Convengamos en que no es una gran letra. Dice así: “Every time you go away you take a piece of me with you”. Y repite: “Every time you go away you take a piece of me with you”.
Es casi el único fragmento poético que puede rescatarse de este tema, que a pesar de su lírica, tiene mucha, pero mucha onda.
Básicamente habla de las peleas y las lágrimas por asuntos que no dejan de molestarnos pero que no detienen el amor. ¿Entonces porqué discutimos, amor? Bla Bla Bla.
Han pasado sus años, cierto, pero ahora cada vez que ella/él, se va de casa quien sabe a dónde con sus amigotes, pues Paul Young comienza a repicar en nuestra cabecita.
Que magníficamente bien suena, de principio a fin, que linda la textura, la sonoridad, la voz estrangulada de ese tipo del que no supimos más.
Hablando del fin, es realmente un acierto del arreglador que el tiempo de la canción quede levitando, con esos muchachos afroamericanos haciendo el corito: “Every time you go away...”.
Buscando la letra del tema me encontré con que este ha formado parte de una gloriosa cantidad de recopilaciones dedicadas a los grandes lentos de los '80. Se lo merece.
Me pregunto si esta será una de esas canciones mágicas que conquistaban chicas por sí solas. A mi me hace pensar en que todo amor es un reto imposible. Que el deseo no puede más que la realidad.
Sintiéndome así como un nostálgico perdedor pongo el tema que descansa en una cinta TDK de 60, normal, en el minicomponente. Y miro hacia los años idos y los momentos por venir, y brindo por este temazo.
Va, muchachos: “Every time you go away you take a piece of me with you”.
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