La única manera de que la estupidez supere al genio es, como ocurrió el 8 de diciembre de 1980, matándolo.
Porque sólo un estúpido como Mark Chapman podía creer que con solo 4 disparos acabaría con John Lennon.
Y 30 años después sabemos que no.
Que la genialidad es inmortal.
Que la obra de uno de los mejores músicos de todos los tiempos es inoxidable. Y que perdura y mejora con el paso del tiempo.
Uno de sus tantos legados es "Give Peace a Chance", un manifiesto pacifista en clave festiva que sirvió como su debut en solitario, cuando los Beatles aún no habían anunciado su separación.
Sí, se pasó de lanza ese pinche gordo de mierda, ojala pronto salga de la cárcel para ponerle unos putazos.
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