jueves, 21 de abril de 2011

Los ángeles de Charlie (Sheen)



Por Claudio Andrade

Como Robert Downey Jr lo hizo alguna vez, Charlie Sheen anda de paseo por el infierno. La diferencia quizás radique en que Charlie, el bueno de Charlie, aun no ha pedido ayuda a los gritos (no suele reconocer sus “problemitas”) ni ha terminado tras las rejas por meses y más meses en una cárcel cualquiera debido a un comportamiento peligroso para él y los demás, según probablemente argumente un futuro dictamen de algún juez de Los Angeles (aunque todo esto es hipotético). Charlie todavía es un chico que busca acción. Y la encuentra. Obvio, ya no es un chico y las cosas que se hacían cuando uno era efectivamente chico pues ahora de adulto resultan un tanto, como decirlo, patéticas.
Sheen no es un gran actor aunque ha participado en un par de memorables películas de los 80 como “Pelotón” y “Wall Street”. En ambas tuvo papeles a la medida de su talento. Es decir, fue tan lejos como pudo y eso fue suficiente. Luego, lo mejor que protagonizó fueron algunas comedias en las que se parodió a sí mismo. Y llegaron las series, primero reemplazando a Michael J. Fox (otro ídolo de la década de los 80) en “Spin City” y, años después, “Two and a Half Men”.
Sus ingresos y salidas de rehabilitación, sus escandalosas declaraciones aparentemente en estado de ebriedad en contra de medio planeta, sus... sus.... sus, en fin, su enorme fastuosa pasada de rosca, lo ubicó justo donde se encuentra: abajo (pero aun millonario). Siendo como son las cosas en este mundo, Sheen tal vez siga el derrotero de Jr o de Mickey Rourke y regrese al sitial que dejó vacío cuando sus narices comenzaron a aspirar algo más que perfumes caros. Te esperamos Charlie, sos un campeón. Or sort of.


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