miércoles, 6 de abril de 2011

Charly sigue siendo Charly

Típica discusión de sábado por la noche, copas de por medio. Cena, leña y puro de hojas nobles. Sensación de poder en el cuerpo. La muerte queda lejos. Al menos eso esperamos. 
Entonces decimos, argumentamos: Charly no fue tan grande como El Flaco. Y seguimos. Pero, en un momento de lucidez, apunto: Charly fue un genio. Si, está quemado. No, está recuperado. Ha sido un creador, ha pagado el precio por ello, ha vivido en un país que tiende a tirar muy fuerte de la ropa de sus ídolos.


Lo comparé con ¡Carlitos Tévez! El jugador que se fue de acá envuelto en el hábito de una monja sacrílega. Que salía con modelos, que bailaba de noche, que tomaba vino en caja, que no entrenaba. Entonces partió. Carlitos se fue a Brasil. Triunfó. Después a la elegante Inglaterra. Ahí lo tienen, hecho un Lord que tal vez no habla inglés. Ahhh, sí, pero very dificul.
Charly eligió quedarse. No huyó a México como tantos. No se hizo latinoamericano como Diego Torres. No metió un tema para el comercial del verano. Charly siguió siendo Charly para su suerte, para su mala suerte. Es quien fue.
No se merece que lo olvidemos. Habría que hacerle el aguante desde ahora. Decidimos mandarle una caja de vino sureño. Decidimos hacer una colecta regional. Una protesta. Una revolución telúrica en su nombre. Una jineteada. Una película de bajo presupuesto. Un video. Un documental. Un clip moderno. Ahí caímos.
Charly había sido el compositor de “Clics Modernos”. Una obra de arte, dijimos. Una obra demencial, apuntamos. Una genialidad con j. Una bestialidad. Una maravilla. Charly profeta de su tiempo. Más que un músico. Charly un angel caído. 




Nadie en su sano juicio puede soportar la presión de ser un creador y un dios pagano. Eso es justamente lo que pasó con Charly. Que se pervirtió como el personaje aquel de “El señor de los anillos”, que vivió hasta avanzada edad amparado en el poder del anillo del mal, pero ese círculo de fuego terminó por transformarlo en un monstruo. Un ser deforme y olvidado de sí mismo.
Charly lleva muchos años atado a su talento. Muchos años parado en una cima desde donde canta sus canciones. Nosotros abajo. Esperamos. Suponemos. Castigamos. Aplaudimos. Todo gratis. Charly vive, se desvive. Cancela su factura. Es alta. 
Dios no ha muerto, se tomó un descanso. Mientras tanto no hay Charly, no hay canciones, no hay raros peinados nuevos. No hay nada. De nada.




2 comentarios:

  1. geniooooooooooooo!!!!!! tal cual cada una de tus palabras, para mi lo mas de los mas en toda su locura en toda su genialidad, nunca jamas se vendiò, nunca se entegò, lo amo con toda su locura y a decir verdad me gustarìa verlo menos duro, làstima que eso significarìa su fin, acompaño cada una de tus palabras!!!!

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias lilirod2008 por tu comentario. Es lo que sentimos muchos.

    ResponderEliminar