De tan glamorosos, nadie podía confundirlos con dos policías encubiertos de la policía de Miami. A lo sumo, y en el peor de los casos, con dos policías corruptos de un departamento altamente sospechoso a los ojos del mundo. Pero no. Para nuestra suerte y la de todos, James "Sonny" Crockett y Ricardo "Rico" Tubbs, no estaban sospechados de nada. De nada bueno, al menos. Y eso los hacía invulnerables al enfrentarse con narcotraficantes, traficantes de armas de toda índole y delincuentes de la más variada calaña. El ciclo duró alrededor de 6 años y no nos podemos olvidar de él. La versión cinematográfica dirigida por Michael Mann, le rindió honores y resultó un digno trabajo para la pantalla grande.
Ahora bien, la fantástica sensación de ir "a las chapas" por las avenidas de Miami en una Ferrari blanca, o de navegar en una lancha de 500 mil dólares por los canales de la gran ciudad, con el pelo al aire y usando calzoncillos de seda se la debemos a este par interpretado por Don Johnson y Philip Michael Thomas.
Cuando la serie terminó, ambos actores se dedicaron al cine y a la canción con suerte distinta. Don al menos dejó dos discos y un clásico del romance que aun perdura. El morocho, bueno, en aquella época de discos de cara y contracara, de un lado cantaba y del otro pedía disculpas.
Por estos días podemos ver en el aire en distintos canales, la mayor obra de Mann. Produce una especial satisfacción recuperar sus colores y sus imágenes tratadas en posproducción para que lograran un efecto visual inconfundible.
Con los años la presencia de la música y los momentos con estética de video clips se fueron volviendo una marca registradas de su productor. Sin embargo, no pocos vieron en tales secuencias una prueba de que al equipo creador se les estaban acabando las ideas.
Pero cómo olvidar los mejores momentos de la saga. Con Crockett luchando contra un gigante motorista, o de la mano del invencible Teniente Castillo, interpretado por el gran Edward James Olmos luchando igual que un samurai, espada en mano, contra sus enemigos.
Sencillamente genial.
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