El rock nunca fue tan pop como en 1984.
De la mano -prodigiosa por cierto- de Eddie Van Halen aparece "Jump".
Una joya marca registrada donde los sintetizadores cobran el mismo protagonismo que las guitarras.
Exquisito sonido que todavía hoy se mantiene influyente.
Y un disco que le sirvió a Van Halen para dar el verdadero salto.
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