Desde el principio todo es como debe ser un sueño. Demasiado perfecto para resultar real. El chico de la moto, la piba, el jopo, la ropa, la lluvia, el drama, la pasión, el escenario, la guitarra ¡y la canción!. ¿Quién otro sino Prince podía imaginar y conducir semejante locura cinematográfica?
Nos enamoramos de él, de la chica y de la onda. Escuchamos cien veces la canción y se nos hizo poco. 6 minutos, 53 segundos y no sé cuantas milésimas de pura energía. Una de las películas más ridículas y adorables de los '80. Un signo de los tiempos. El nuestro, de cuando todavía nos creíamos personajes de "Purple Rain".
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